A solo un mes de los comicios de las elecciones del nuevo presidente de Brasil, la victoria de la oficialista Dilma Rousseff es indudable, al punto de que el opositor José Serra cambió su eslogan a “es hora de la remontada”.
Según las encuestas la candidata escogida por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, tiene una intención de voto de entre 51 y 55%, con ello podría ganar en la primera vuelta del día 3 de octubre.
La representante del Partido de los Trabajadores (PT) tiene el firme respaldo de la actual coalición de Gobierno, el que es encabezado por el mayoritario Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).
El candidato opositor del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), tenía en marzo cerca del 40% de las intenciones de voto, las que han caído en picada en los últimos meses y los sondeos solo le atribuyen hoy entre un 28 y 30%.
La tercera en los sondeos es Marina Silva, del Partido Verde, con entre el 8 y el 10%.
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