La botoxmania ya invadió Hollywood hace mucho tiempo y cada vez son más las actrices que se someten a múltiples tratamientos a base de este elixir sin medir muchas veces las fatales consecuencias. Tal es el caso de las famosas actrices como Marcia Cross, la recordada y sensual Doctora Kimberly Shaw de “Melrose Place”, la recordada belleza Nicole Kidman. Ambas son una prueba del peligro que puede generar el reiterado uso de esta técnica.
Este elixir de la juventud se ha transformado en una adicción consiguiendo entre sus adeptos modificarles el rostro hasta dejarlo sin ningún tipo de expresividad logrando en lugar de un atractivo aspecto más juvenil, una cara plástica, que asemeja a las actrices a un rostro de muñecas, pero de ciencia y ficción. El exceso del botox lo que hace es quitar las líneas de expresión del rostro.
Si sumamos a esto que su efecto dura tan sólo seis meses, provocando entre las actrices fanáticas la continua infiltración de sus zonas afectadas hasta que el mismo cuerpo crea defensas naturales contra la bacteria y ésta pierde su efecto dejando a las actrices muchas veces peor de lo que estaban.
Algunas de las figuras del mundo del espectáculo que se sumaron a la larga fila de las recurrentes al botox tenemos a: Meg Ryan, Kim Cattrall, Cher, Goldie Hawn, Victoria Beckham, Mischa Barton, Teri Hatcher y hasta la adolescente Ashley Olsen.
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