Lionel Messi llegó a Sudáfrica siendo considerado el mejor jugador del mundo y en sus pies estaban depositadas las esperanzas de toda Argentina. Sin embargo, la pulga, se despidió de la Copa del Mundo 2010 sin marcar un solo gol y sin poder ponerse el equipo al hombro cuando más se lo necesitaba.
Estuvo lejos de su mejor nivel en el Sudáfrica 2010, ese nivel que lo convirtió en el goleador de la Liga Española y demás torneos europeos. Ante Alemania demostró estar muy lejos de ser el Maradona de México 1986.
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