Argentina planea construir tres nuevas centrales atómicas, que elevarían a cinco las unidades en operación. Con esto podrían integrarse al selecto club de países que dominan el ciclo completo de la energía nuclear.
El programa de energía nuclear del país argentino fue marginado durante años, pero ahora se ha embarcado en un ambicioso plan para aliviar la dependencia de la disminución de los combustibles fósiles.
Argentina abrió su primera planta de energía nuclear en América Latina en 1974. Pero se detuvo en dos plantas, cuando la tecnología cayó en desgracia por el desastre de Chernobyl en 1986 planteó problemas de seguridad en todo el mundo.
El gobierno de la presidente Cristina Fernández está terminando la construcción de la tercera planta de energía nuclear, y los planes para construir otras dos en 2025.
El objetivo es que el 15% del poder de Argentina proceda de fuentes nucleares para el año 2025, un 6% actual, según estimaciones oficiales. Esto reduciría la dependencia de gas natural y la disminución de las reservas de crudo, que ahora representan alrededor del 60% de energía eléctrica de Argentina.
Argentina aspira a reanudar la minería de uranio. También se iniciará un programa para enriquecer el metal para uso de la energía. Esto lo pondría en un pequeño grupo de países que incluye a Estados Unidos, Rusia, China y Brasil, con acceso a la completa cadena de producción de energía nuclear.
"Argentina tiene todo lo necesario para cerrar el circuito nuclear completo. Podría hacer armas, pero nadie sospecha que usará su tecnología nuclear para el belicismo. Es uno de los muy pocos los países que goza de esa confianza", dijo Daniel Montamat,
Se trata de uno de los pocos países en el mundo, junto con EE.UU., Rusia, Francia y China, con capacidad para completar el ciclo de energía nuclear, que incluye todo el proceso, desde la posibilidad de extraer mineral de uranio hasta la capacidad de reutilizar el combustible usado.
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