Movimientos del tronco y el cuello hacen a un hombre ‘sexy’

Según un estudio llevado a cabo por la Universidad de Northumbria, los movimientos que hace el hombre al bailar con la parte superior del cuerpo son lo primero que atrae a las mujeres y que además permite distinguir a un buen de un mal bailarín.

A la mayoría de mujeres las excita sobre todo los hombres que bailan a modo de John Travolta, con movimientos vigorosos y no estereotipados tanto del torso como del cuello, y que muestren el sentido del ritmo como el de creatividad.

Nick Neave, psicólogo de la citada universidad dijo que es raro que se considere un buen bailarín a alguien que se limita a mover los brazos sin hacer otra cosa.

Neave dijo que se cree que los movimientos que hace el hombre pueden determinar en cierto modo la cualidad reproductora en términos de salud, vigor o fuerza, aunque harán falta estudios ulteriores al respecto para llegar a comprender todas sus implicaciones.

El equipo de psicólogos de la universidad reclutó a diecinueve voluntarios masculinos de entre 18 y 35 años a quienes se les solicito que bailen durante treinta segundos un ritmo muy sencillo frente a una cámara de vídeo.

Se conectaron a sus ropas 38 reflectores infrarrojos, para captar sus movimientos en tres dimensiones, las que emitieron puntos luminosos para estudiar al detalle los movimientos de cada miembro del cuerpo.

Los investigadores transfirieron entonces los movimientos de cada bailarín a una figura humanoide o avatar asexuado en una pantalla de ordenador para asegurar así que se juzgaba a los bailarines sólo por sus movimientos y no por su talla o aspecto físico.

Se pidió entonces a treinta y siete mujeres heterosexuales, con las mismas características, que siguiesen los movimientos de aquéllos tal y como los reproducía el avatar para después puntuarlos.

Según los resultados del estudio existen ocho variables distinguen a un “buen” de un “mal” bailarín. Son ésas la amplitud de los movimientos del cuello, del tronco, del hombro y de la muñeca izquierdos, así como su variabilidad, además de la velocidad de movimiento de la rodilla derecha.

Las mujeres tenían la percepción de que un buen baile es influido sobre todo por los movimientos amplios y variados del cuello y el tronco.

Neave explico que el estudio aparece en la publicación “Biology Letters” de la Royal Society, las mujeres se fijaron especialmente en la cabeza, el cuello y la parte superior del cuerpo.