La
evolución de la arquitectura a lo largo de la historia ha sido impresionante.
Los nuevos avances en tecnología han permitido la obtención de elementos
sustentantes y sustentados más seguros y duraderos. La materia prima utilizada
es de mejor calidad y las herramientas usadas para trabajar han cambiado su
forma, sus prestaciones y su maniobrabilidad. De hecho hoy en día tenemos a
nuestra disposición todo tipo de materiales para darle al hogar una seña de
identidad nueva. Si necesitamos césped artificial basta con acudir a www.cespedsolucion.es. Si queremos una empresa de reformas la
podemos localizar en la Red de redes. Sí, lo cierto y verdad es que ahora mismo
todo es mucho más sencillo gracias a las tres W, un adelanto que es
impresionante.
Sin
embargo no todo fue tan sencillo. Las primeras construcciones megalíticas como
dólmenes, sepulcros de corredor y taulas consistían en enormes piedras que se
erigían con el único recurso de la fuerza humana. Andando el tiempo los métodos
se depuraron y se consiguieron construcciones más estilizadas y altas. Quizá el
mejor exponente de lo que estamos diciendo es la arquitectura de las dos
grandes civilizaciones de la historia antigua: Mesopotamia y Egipto.
En
el territorio del Tigris y del Eúfrates se fueron construyendo edificios cada
vez más complejos. La utilización de piedras de distintas calidades y, sobre
todo, la aparición de figuraciones humanas y animales de gran tamaño supusieron
un adelanto sin precedentes en la plástica de los edificios. Otro tanto
podríamos decir del caso egipcio, donde las pirámides y templos dedicados a los
dioses se construyeron con gran eficacia y con un sentido decorativo altamente
desarrollado. No en vano las únicas maravillas de la edad antigua que siguen en
pie son esas formas triangulares que guardan (mejor dicho, guardaban) los
restos de los faraones.
Andando
el tiempo se llegó a una solución constructiva muy eficaz. Si la arquitectura
del mundo antiguo se basó en rampas de tierra apisonada, la medieval utilizó
unas grúas rudimentarias accionadas por la fuerza humana que permitían el
ascenso de los materiales a las alturas de las catedrales góticas. Fue en ese
momento cuando el concepto de grúa se incorporó a la metodología arquitectónica.
Pero
cuando ese concepto explotó y se desarrolló en todo su potencial fue a partir
del siglo XIX con la construcción de los enormes rascacielos. Solamente así se
consiguió integrar en el formato de la ciudad, de la gran ciudad, la silueta de
una grúa en lo alto de los edificios, algo que hoy en día tenemos tan asumido
que apenas si lo apercibimos.
En
cualquier caso, y acudiendo a las reformas de andar por casa, hemos de decirte
que ha evolucionado, y que lo mejor de todo es que tú puedes comprobarlo a poco
que necesites, como hemos comentado, una empresa de albañiles, un carpintero o
unos tepes de césped artificial. Vale la pena vivir en el siglo XXI, ¿no crees?
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